Carta amb propostes sobre l'elecció de bisbes

En aquesta entrada podreu llegir la carta que com a grup vam voler fer arribar al Papa Francesc, a través del nunci d'Espanya. Mentres Menorca es troba en seu vacant, vam voler transmetre la nostra veu en relació a l'elecció de bisbes en la nostra diòcesi.



"Querido Santo Padre, 

Las personas que formamos parte de la asociación “Alcem la Veu Menorca” queremos compartir con usted nuestra reflexión, en relación a la elección del Obispo de Menorca, aportando propuestas de futuro sobre la iglesia que soñamos.


A la luz del evangelio vemos que el tiempo de Jesús dió paso al tiempo de los apóstoles, testimonios suyos de primera mano, con Simón Pedro a la cabeza por designación de Jesús. En el período apostólico, van naciendo las primeras comunidades cristianas donde los apóstoles eran la máxima autoridad. Estas primeras comunidades se basan en la fidelidad a la memoria de Jesús, garantizada con la presencia de los apóstoles, y el don del Espíritu Santo. 

Una vez que desaparecen los apóstoles, adquieren mayor importancia los evangelios escritos y la necesidad de encontrar responsables de cada comunidad. Aparecen los primeros “episkopoi”. Al principio, dos son los valores fundamentales que guían la institucionalización de la Iglesia católica y apostólica, la unidad (en contra de la atomización en sectas contrapuestas) y la fidelidad al legado de los apóstoles, primer eslabón de la tradición que se enraíza en Jesús de Nazaret, hijo de Dios, el Mesías.

En el transcurso de la historia se dan muchas fórmulas en la cuestión de los nombramientos de los obispos: desde la elección en el seno de las comunidades, pasando por la intromisión de los poderes políticos que motivó la guerra de las investiduras, hasta la actualidad en una Iglesia de ámbito mundial, aunque estructurada en iglesias locales en la comunión de la Iglesia Católica presidida por el Papa de Roma.


Por lo que respecta a Menorca, tradicionalmente ésta había formado parte de la provincia Tarraconense (junto con las otras Islas Baleares, Gerona, Lérida, Tortosa, Solsona, Urgell y Vic), pero en los años 90 pasó a formar parte de la provincia eclesiástica de Valencia (junto a Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón de la Plana, Mallorca e Ibiza) sin consultar a ninguno de los Consejos Parroquiales de Menorca. En estos momentos, el cabeza de la iglesia de Menorca es el arzobispo de Valencia, Monseñor Cañizares. Es este arzobispado quien tiene la última palabra en la elección de nuestro obispo. La estructura de funcionamiento vertical y jerárquica de la iglesia católica, dirigida solamente por hombres, así lo determina.

Desde Valencia se toman decisiones que marcan el futuro de la iglesia menorquina sin la participación de los consejos parroquiales y por tanto, decisiones que nos parecen alejadas de la realidad que se vive en la isla.  Algunos ejemplos recientes son: la fundación en Menorca de dos grupos de monjas de las Hijas de la Sagrada Familia; la falta de soporte económico a algunos cooperantes menorquines para llevar a cabo su misión, o la revocación de la tarea catequética de una mujer por el hecho de haberse casado con otra mujer (hechos de una iglesia retrógrada, y que se impone a una realidad social más avanzada e igualitària).

Por otra parte, observamos que los obispos de estos últimos años, todos llegados de fuera de las islas, han permanecido poco tiempo en su cargo. En el momento que empiezan a conectar y conocer nuestras comunidades son destinados a la península. Nos da la impresión que el nombramiento de los obispos de Menorca no es más que un pequeño trampolín en una carrera eclesiástica para llegar a un sitio de más relevancia.


Desde Alcem la Veu Menorca queremos proponer, por un lado, que las islas sean una provincia eclesiástica independiente de Valencia y que el obispo pueda ser una persona que conozca en profundidad la realidad insular. Consideramos que debería tener un profundo conocimiento de la realidad social, histórica, cultural y lingüística de Menorca, y ser parte integrante de la comunidad a la que ha de servir. Su llegada no debería ser un destino más de su carrera eclesiástica sino una responsabilidad al servicio de la comunidad. 

Por otro lado, nos gustaría que el nuevo obispo fuera un verdadero pastor de la comunidad, “con olor a oveja”,  que nos haga saborear a Jesús y nos apasione a conocerlo. Un obispo dialogante con todos y cada uno de los sectores eclesiales de la comunidad.

Un obispo que pueda acercarse a las diferentes sensibilidades de los sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas; cercano a todos para buscar comunión y no imposición. Que sepa escuchar, valorando a la persona por encima del dogma, con apertura hacia las nuevas realidades, de tal forma que el tándem iglesia-sociedad no se vaya separando cada vez más. Un obispo con la capacidad de trabajar en equipo, de aceptar críticas y conducir a la iglesia por los caminos de la solidaridad, el respeto a la diversidad, y el compromiso con las personas más desfavorecidas. Una persona capaz de mantener la unidad en la fidelidad del evangelio de Jesucristo, que no excluye una diversidad harmoniosa (1Cor 12) y, sobre todo, rigiéndose por los criterios derivados del Buen Pastor (Jn 10) y del Servicio (Mc 10), rehuyendo inspirarse en modelos patriarcales o políticos. 

Queremos vivir una iglesia sinodal, abierta, participativa, democrática, evangélica y cercana a todos y todas. Queremos que se deje de lado la autoridad que, a veces, quiere imponer la jerarquía católica , para dar paso al diálogo.

Como personas laicas, con la riqueza que nos aportan los diferentes puntos de vista y sensibilidades, deseamos ser corresponsables en la misión. Por lo tanto, queremos ser partícipes en la toma de decisiones que afectan a nuestra diócesis, como mínimo con voz y, si puede ser, también con voto. Toda la comunidad tiene mucho que decir en la nueva elección del obispo. Sería bueno que las personas laicas se pudieran incorporar al Consejo Consultor del obispo.


Nuestro más sincero agradecimiento por su atención.

Siempre en comunión, paz y bien.

Ciutadella de Menorca, 20 de julio de 2022


Asociación Alcem la Veu Menorca"

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